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Propiocepción de Tobillo. ¿Prevención o Recuperación?

Foto del escritor: Basketball Performance LabBasketball Performance Lab

Según la evidencia científica, el entrenamiento de la estabilidad o propiocepción aporta numerosos efectos sobre el organismo, tanto en la rehabilitación de lesiones como en la prevención de las mismas, al igual que aporta mejoras en la fuerza, la flexibilidad y la coordinación (Smith, B. et al., 2012).


La propiocepción es la capacidad que posee el organismo para situarse en el espacio y percibir movimientos. Es un proceso neuromuscular complejo que se ocupa de la conciencia cinestésica interna. Debemos de tener en cuenta la velocidad y la fuerza con el que se realiza el movimiento ya que esta juega un papel fundamental en la estabilidad articular.


Por todo esto, la reeducación propioceptiva consiste en que el organismo sea capaz de ejecutar una respuesta precisa y coordinada ante movimientos imprevistos, a través de la estimulación de los receptores nerviosos ya existentes (Schiftan, G. S., Ross, L. A., & Hahne, A. J., 2015).


Según parte de la bibliografía sobre la propiocepción en esguinces de tobillo, parece ser que, en una primera instancia, como método de prevención primaria, esta no es efectiva, pero actualmente se está demostrando que, como segunda instancia, después de haber padecido un esguince de tobillo, esta sí es efectiva para la prevención de la recidiva (Eils, E., SchrÖter, R., SchrÖder, M., Gerss, J., & Rosenbaum, D., 2010).


En la actualidad no se han encontrado programas específicos de entrenamiento en la estabilidad del miembro inferior, pero si se han encontrado variables en el diseño de los ejercicios las cuales son claves en la elaboración de programas de entrenamiento específico (Sell, 2012).


A nivel general, podemos variar la dificultad de los ejercicios a través de:


-  Demandar una mayor tensión musculara través de la utilización de elementos therabands de diferentes resistencias, mancuernas, barras con peso, etc.

-  Disminuir la base de sustentación: diferentes aperturas de apoyo, pasar de apoyo bipodal a unipodal, apoyo talones, apoyo punteras, etc.

-  Utilizar superficies de apoyo irregulares: pie sobre colchonetas de diferentes grosores, platos basculantes, cojines de aire, fitball, bosu, etc.

-  Restringir la información que llega a través de otros sistemas para centrarnos en los propioceptores: ojos cerrados, ejercicios con espejo, etc.

restringir las aferencias del sistema visual.

- Combinaciones de las anteriores pautas.


No debemos olvidar que antes de evolucionar a ejercicios complejos, debemos controlar bien los sencillos:


-  Diferentes ángulos articulares de trabajo.

-  Diferentes ángulos de aplicación de las cargas.

-  Utilizar poleas y resistencias manuales, propio peso corporal.

-  Contracciones isométricas y anisométricas.

Según la otra parte de la bibliografía, los autores aconsejan un entrenamiento

propioceptivo como método para prevenir las lesiones de tren inferior (Olesen, et

al., 2005 & Pánics, et al., 2008), proponen protocolos de entrenamiento propioceptivo

para la mejora de la estabilidad con estos otros elementos comunes:


- Utilización de diferentes materiales de equilibrio que se deben ir variando (principio de variabilidad).

- Entrenamiento del equilibrio dinámico mediante saltos o desplazamientos (principio de especialidad).

- Introducción de elementos específicos de la disciplina deportiva (principio de la especificidad).

- Ejercicios por parejas en los que el compañero aconseje sobre técnica correcta (feedback).

- Ejercicios de dificultad progresiva, pasando cada vez a posiciones más inestables (principio de progresión).


El debate esta abierto, ¿propiocepción para prevenir o para recuperación de lesiones? Compartir vuestra experiencia/impresiones con nosotros.



BIBLIOGRAFIA.


Eils, E., SchrÖter, R., SchrÖder, M., Gerss, J., & Rosenbaum, D. (2010). Multistation proprioceptive exercise program prevents ankle injuries in basketball. Medicine & Science in Sports & Exercise42(11), 2098-2105.


Olsen, O. E., Myklebust, G., Engebretsen, L., Holme, I., & Bahr, R. (2005). Exercises to prevent lower limb injuries in youth sports: cluster randomised controlled trial. Bmj330(7489), 449.


Panics, G., Tallay, A., Pavlik, A., & Berkes, I. (2008). The effect of proprioception training on knee joint position sense in female team handball players. British journal of sports medicine.


Schiftan, G. S., Ross, L. A., & Hahne, A. J. (2015). The effectiveness of proprioceptive training in preventing ankle sprains in sporting populations: a systematic review and meta-analysis. Journal of science and medicine in sport18(3), 238-244.


Sell, T.C. (2012). An examination, correlation, and comparison of static and dynamic measures of postural stability in healthy, physically active adults. Physical Therapy in Sport, 13(2), 80-86.


Smith, B. et al. (2012). Ankle Strength and Force Sense After a Progressive, 6- Week Strength-Training Program in People With Functional Ankle Instability. Journal of athletic training, 47, (3).

 
 
 

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