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Rotura Tendón de Aquiles (Parte1)

Foto del escritor: Basketball Performance LabBasketball Performance Lab


La porción tendinosa de los músculos gastrocnemios y sóleo se fusiona para formar el tendón de Aquiles, convirtiéndose en el tendón más grande y fuerte del cuerpo humano (Järvinen, T. A. et al., 2005).


Las lesiones del tendón de Aquiles se han dividido en:

-Rupturas espontáneas.

-Lesiones por sobreuso.


Las alteraciones en el tendón de Aquiles vienen precedidas por:

- Exceso de carga.

- Degeneración del tendón (sin predisposición sistémica enfermedades).

- Enfermedad sistémica (por ejemplo, artritis reumatoide).


Dentro del baloncesto el tendón de Aquiles es el encargado de absorber las fuerzas de aterrizaje en los momentos en el que el pie contacta con el suelo. Al tratarse de un movimiento repetitivo es necesario que el complejo articular del tobillo se encuentre en buen estado ya que de no ser así se incrementan las probabilidades de sufrir una lesión de este tipo. Las demandas físicas que encontramos en el baloncesto son:

- Aceleraciones explosivas.

- Cambios de dirección o paradas en movimiento.

- Carga excéntrica del pie.


En el estudio realizado por Whitting, J. W., et al., (2011) se determina que una disminución en la dorsiflexión en el tobillo puede obligar al tendón de Aquiles a absorber las cargas en longitudes extendidas comprometiéndose fisiológicamente.


La forma común de producirse esta lesión es en el momento en el que se traducen fuerzas significativas a través de un tendón mal alineado con un pie dorsiflexionado y una rodilla extendida (Amin, N.H., et al., 2013).

Una vez producida la lesión tenemos dos alternativas de tratamiento:

- Quirúrgico, siendo la cirugía percutánea la más empleada (Karabinas, P. K., et al., 2014).

- Conservador, inmovilización buscando la autoregeneración del tendón (Barfod, K. W., et al., 2014).


Al tratarse de una lesión de gravedad podemos observar las consecuencias que supone para los jugadores de baloncesto en el estudio realizado por Amin, N.H., et al., (2013), en el cual se analizaron 18 jugadores de la NBA los cuales habían sufrido una rotura del tendón de Aquiles.

7 de 18 No volvieron a jugar un partido de la NBA

3 de 18 Regresaron para jugar 1 temporada NBA

8 de 18 Regresaron para jugar ≥2 temporadas


Bibliografía

Amin, N. H., Old, A. B., Tabb, L. P., Garg, R., Toossi, N., & Cerynik, D. L. (2013). Performance outcomes after repair of complete Achilles tendon ruptures in National Basketball Association players. The American journal of sports medicine41(8), 1864-1868.


Barfod, K. W., Bencke, J., Lauridsen, H. B., Ban, I., Ebskov, L., & Troelsen, A. (2014). Nonoperative dynamic treatment of acute Achilles tendon rupture: the influence of early weight-bearing on clinical outcome: a blinded, randomized controlled trial. JBJS96(18), 1497-1503.


Järvinen, T. A., Kannus, P., Maffulli, N., & Khan, K. M. (2005). Achilles tendon disorders: etiology and epidemiology. Foot and ankle clinics10(2), 255-266.

Karabinas, P. K., Benetos, I. S., Lampropoulou-Adamidou, K., Romoudis, P., Mavrogenis, A. F., & Vlamis, J. (2014). Percutaneous versus open repair of acute Achilles tendon ruptures. European Journal of Orthopaedic Surgery & Traumatology24(4), 607-613.


Whitting, J. W., Steele, J. R., Mcghee, D. E., & Munro, B. J. (2011). Dorsiflexion capacity affects achilles tendon loading during drop landings. Medicine & Science in Sports & Exercise43(4), 706-713.


Zellers, J. A., Carmont, M. R., & Silbernagel, K. G. (2016). Return to play post-Achilles tendon rupture: a systematic review and meta-analysis of rate and measures of return to play. Br J Sports Med, bjsports-2016.

 
 
 

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